23.11.09

Entrevista: Liliana Herrero.- Caminando territorios internos


Liliana Herrero nació en Villaguay, Entre Ríos. Como artista se caracteriza por fusionar composiciones de raíces folclóricas con sonidos y arreglos actuales, muchos de estos provenientes del rock y el jazz. Aunque en una oportunidad dijo: “Yo no hago fusión entre el folklore y el rock, lo que yo hago es el choque entre las culturas. Esas culturas se entienden o se confrontan entre sí, pero no se fusionan”.También interpreta canciones con ritmos latinoamericanos. Su forma de cantar es única, utiliza matices y colores no convencionales y lleva al límite su aparato fonador, también cambia la rítmica del discurso melódico y hace propia la melodía. Propone una forma de interpretación más ligada a la re-composición que a la mera copia fiel de una obra popular en su versión original. La verdad es que con su voz camina territorios internos, alcanza tonos y colores distantes, se eleva, como quien desea tener una nueva visión desde la altura, es su alma la que alcanza vuelo, es ese espíritu inquieto que no para de investigar. De ella ha dicho Mercedes Sosa: “Es mi sucesora”.
Liliana se radicó en Rosario en 1966 para seguir la carrera de Filosofía. Participó de los grupos vocales "Contracanto" y "Canto Libre". Y justamente en esa ciudad es donde conoce a su amigo Fito Páez quien le produce sus dos primeros discos.
En 1995 fue premiada con el Konex como una de las mejores cinco intérpretes de la década (compartiendo la nominación con Mercedes Sosa, Suna Rocha, Ramona Galarza y Suma Paz) y fue la representante argentina en el Foro de Organizaciones No Gubernamentales desarrollado durante la Conferencia Internacional de la Mujer, realizada en Beijing.
En 1999, es elegida Mejor Cantante Femenina del año por la Revista ROLLING STONE.
En 2000, es elegida Miembro Invitado del Consejo Argentino de la Música dependiente de la UNESCO. Título otorgado "a las personalidades más relevantes del país que dedican su labor a la música con total entrega, talento, calidad y seriedad".
En 2001, es nominada en el rubro Mejor Grupo de Folclore para los Premios Gardel por “Leguizamón-Castilla”, disco realizado con Juan Falú. En este mismo año obtiene el Primer Premio del Concurso de Ensayos 2001 organizado por el Honorable Senado de la Nación con el tema "La Música Argentina y su aporte a la identidad Nacional".
Obtuvo el Premio Konex Platino 2005, como la mejor cantante de la década 1995/2005. Recibió el Premio Gardel 2004 como artista de Folklore "Nuevas Formas" por su disco “Confesión del Viento”.
En 2007, los compositores Daniel Tarrab y Andrés Goldstein, obtuvieron el Premio Discovery of the Year en el marco de los World Soundtrack Award, en la Ciudad de Ghent, Bélgica, por su trabajo en la película XXY. Al ser Liliana Herrero la voz principal de dicha música, juntos participaron de la ceremonia del año siguiente junto a la Orquestra Filarmónica de Bruselas.
Obtuvo también el Premio Gardel 2009 por el disco "Igual a mi corazón" en el rubro Mejor Álbum Artista Femenina de Foklore.
Ha presentado su música en los más diversos escenarios del mundo y ha participado con sus interpretaciones en diferentes películas como: XXY de Lucía Puenzo, El Cielito de María Victoria Menis, Hermanas de Julia Solomonoff, Memoria del Saqueo de Pino Solanas, Kamchatka de Marcelo Piñeyro, Vidas Privadas de Fito Páez, entre otros.
“Igual a mi corazón” es su último trabajo discográfico, donde participan artistas invitados tales como Mercedes Sosa, Itiberê Orquestra Família, Lisandro Aristimuño, entre otros. Refiriéndose al disco, Liliana dice: “En él hay una galería de músicos, países, lenguas y canciones que nos cobijan. Nuevamente un caudal de voces y músicas siempre estimulante para reponer y pensar este tiempo que nos toca vivir”.

Discografía: Liliana Herrero (1987), Esa Fulanita (1989), Isla del Tesoro (1994), El Diablo me Anda Buscando (Liliana Herrero en vivo) (1997), El Tiempo, Quizás (1998), Recuerdos de Provincia (1999), Confesión del Viento (2003), Litoral (CD Doble) (2005), Igual a mi Corazón (2008). También Liliana ha realizado dos CDs junto a Juan Falú: Leguizamón - Castilla (2000) y Falú - Davalos (2004).

Celina Vive!: Tengo la vieja costumbre de comenzar hablando de la infancia, lugar que nos marca para siempre, que recuerdos llegan de esa época? Dónde pasaste tu infancia?
Liliana Herrero: “Mi infancia transcurrió en Villaguay, Entre Ríos. Villaguay es una pequeña ciudad del centro de Entre Ríos, aunque más cerca de la costa del río Uruguay que del río Paraná. Viví allí hasta los 17 años cuando finalicé el secundario. Mis padres eran universitarios y en mi casa estaba marcado a fuego la idea que todos nosotros- mis hermanos y yo- debíamos cursar alguna carrera universitaria. De modo que mi hermano mayor- Miguel- se fue primero a estudiar medicina a Rosario y luego lo hice yo para estudiar Filosofía y luego mi hermano menor- Juan-quien estudió Ingeniería. Nuestra infancia fue preciosa. Ríos, arroyos, lagunas y esteros, nos rodeaban e íbamos mucho con mi padre a nadar y a pescar. Viajes magníficos como el que hacíamos en tren desde Villaguay a Gualeguay, ciudad en la que había nacido mi padre y allí teníamos muchos primos y tíos... En fin.... eran encuentros bellos, apacibles pero también plagados de debates sobre el país y el arte; y llenos de aventuras y de travesuras también. Mi casa era muy grande y se hacían allí grandes reuniones políticas, literarias y musicales. Creo que en la observación de ellas, en los viajes y en el río se forman lentamente en mí un apasionado deseo de decir en la música esos climas, esas siestas y esos encuentros”.

Celina Vive!: Hay algo de tu infancia que tenga que ver con este presente en tu vida?
Liliana Herrero: “En mi presente y en el de todos la infancia es imposible de erradicar. Uno lo lleva como a la propia piel. Mi pasión por la política, las preocupaciones y sensibilidad social así como la entrega absoluta a la música son las herencias más notables de aquella infancia. También la idea de las reuniones y encuentros con amigos y el deseo siempre de compartir la música con cualquier músico aunque se inscriba en una tradición diferente a la mía. Es más, diría que lo prefiero pues allí es donde más interesante es el diálogo que se produce. Tal vez la música sea eso: un irrefrenable deseo de plasmar en ella aquellos climas, olores y texturas de la infancia. También la infancia se presenta en el hoy como preferencias sobre autores tanto musicales como literarios. Juan L. Ortíz- el gran poeta entrerriano- nunca será abandonado. Su lectura es decisiva y vuelvo a ella indefectiblemente”.

Celina Vive!: Tus canciones dejan ver el testimonio de un pueblo, como hacés para elegir el repertorio de un disco? Necesitas de la ayuda de tus amigos o las elegís vos sola?
Liliana Herrero: “En general elijo sola el repertorio pero siempre estoy abierta a toda sugerencia. A veces el deseo de escuchar un autor determinado viene de una conversación con amigos o un recuerdo. Muchas veces reviso mis discos una y otra vez para tratar de recordar algo que en su momento me gustó mucho y que ha quedado abandonado en una estantería. También escucho todo lo que me da la gente en los conciertos o me envían. De todos modos la elección de mi repertorio es testimonial pero en un sentido muy amplio. Difícilmente cante canciones literales o muy directas porque el hallazgo en la música me parece que está menos en el tema que se elige y más en qué hace uno con esa canción. Es allí donde hay que intentar realizar una pequeña revolución en relación a lo que estaba rutinizado en nosotros. Cuando esa rutina se rompe, se produce un extraordinario cambio en el oído del que escucha y por lo tanto se renueva la vida”.

Celina Vive!: Sabemos que tu vínculo con Fito es muy fuerte... Podés contarnos cómo es que nace esa relación?

Liliana Herrero: “Mi encuentro con Fito se produjo a principios de los 80. Estábamos muy enclaustrados- sobre todo yo-porque eran épocas duras y terroríficas. Fito era un joven curioso y siempre alerta a cualquier novedad. Fue un bellísimo encuentro aquél. El está siempre presente en mi vida y sería muy difícil para mi imaginar la vida sin él. Fito había comenzado a tocar con Juan Baglietto y había también comenzado a recorrer los caminos infinitos de la música a través de sus composiciones, su canto y su piano. Conocí su familia que era encantadora y luego ya se vino para Buenos Aires. Nuestro encuentro se produjo en Rosario en donde vivíamos los dos. Circula una especie de biografía mía por Internet en donde dice que Fito me convenció para que yo abandonara la universidad. Ese hecho es absolutamente falso. Yo regresé a la universidad con la normalización democrática de la misma y Fito jamás hubiera realizado ese pedido puesto que su pasión por los libros es enorme. Finalmente él me pidió que grabara un demo con algunos músicos de Rosario y así fue como todo comenzó”.

Celina Vive!: Estás con una serie de compromisos en todo el país, estás terminando el año con toda tu energía puesta en estas presentaciones... Podemos hablar de algunos planes futuros?
Liliana Herrero: “Estoy pensando muy lentamente un nuevo disco que haré cuando tenga más o menos armado ese pensamiento. Trato de no regirme por los caminos y las exigencias del mercado porque la música nada tiene que ver con eso. “Igual a mi corazón” que es el último disco que edité apenas tiene un año y medio de vida, de modo que me tomaré un poco más de tiempo para hacer uno nuevo. Por lo pronto en lo que queda de este año se editará una caja con todos mis discos hasta “Litoral” incluso y un DVD que va en esa caja llamado “Todos estos años de gente”. Ese DVD registra parte de una serie de conciertos que hice en el año 2007 en Buenos Aires. También se editará un documental de Sergio Stagnaro, llamado “El hilo de una voz” que registra la grabación completa de “Igual a mi corazón”. Además tengo varias giras y espero poder parar un poco a partir del 20 de diciembre”.


Entrevista: Carlos Romano

Entrevista: Alberto Muñoz.- “Desestabilizar ese moño atado al cuello”


Siempre que me acerqué a la estatura de Alberto Muñoz, tuve la misma sensación, acercarme a una personalidad creadora de imaginación extrema. Este artista (poeta, músico, dramaturgo y guionista) que, a través de su obra, busca las tradiciones, aquellas cosas que sostienen, sostienen pueblos, individuos, lenguajes, dice hacer folklore en el legítimo sentido de la palabra, pero sin ser folklorista.
A mediados de la década del 70’ y a través de M.I.A. (Músicos Independientes Asociados) comienza a trabajar su vertiente poética, partiendo del dúo que hacía con Liliana Vitale, en donde reconoce la fuente de la que sería después su trabajo solista. Con M.I.A. también da sus primeros pasos en lo teatral con “La Compañía del Circo Mágico”. Su salida ansiada para poder mostrar sus trabajos comienza con “El Gran Pez Americano” (1987), en donde abre el campo de la canción. Luego llegarían “Lo que sale una trompeta” (radioteatro, 1989), “Misa negra” (1991), “Los últimos días de Johnny Weistmuller” (1996), “La pasión según los hipopótamos” (1998). Como guionista de TV escribió para “Magazine For Fai” (con Mex Urtizberea), “Chabonas” (con Mariana Briski), “Artesano de fin de siglo” (con Claudio Koremblit) y “Ocupas” (con Bruno Stagnaro y Esther Feldman), entre otras cosas. Entre sus últimos escritos podemos mencionar: “Camiones” (Ediciones en Danza, 2001), “Venecia negra” (con Javier Cófreces, Ediciones en Danza, 2003), “Trenes” (Ediciones en Danza, 2004), “Canción de amor vegetal” (con Javier Cófreces, Ediciones en Danza, 2006) y “Pianoforte” (tratado ecléctico sobre el arte musical (Ediciones en Danza, 2006).
Y bien, un encuentro más con Alberto Muñoz, este artista nacido en Buenos Aires el 19 de febrero de 1951, amante del delta, lugar a donde vuelve siempre que puede, porque dice que es el paisaje que más coincide con su interior.

Celina Vive!: Tengo la costumbre de comenzar hablando de la infancia, ese tiempo que nos sirve para toda la vida, el lugar en donde nos nutrimos... Cómo fue tu infancia, qué recuerdos llegan de ese lugar?
Alberto Muñoz: “Mi infancia es un ámbito atrasado, una fuente que rememora las aguas pasadas, un recuerdo feliz por la gratitud del juego y la amistad de los primeros compañeros a quienes no he vuelto a ver salvo entre la selva de mi imaginación que aún los evoca y distribuye en escritos o canciones. Una infancia barrial con mis padres, mi abuela y los perros. Viví ciertos terrores que no son sencillos de explicar: la escuela, mi clase de violín, la hostilidad de un mundo que ya percibía ajeno a todos mis intereses. ¿Pero que clase de intereses particulares puede tener un niño? Los comunes y aquellos otros que configuraron esto que cargo hoy: la poesía. Tenía la virtud o el error calificado de vivir con plenitud lo que inventaba. La verdadera vida la hallaba en los libros (pocos) de aventuras, en laboratorios construidos en la terraza de mi casa donde buscaba con mi juego de química la fórmula de la invisibilidad, la construcción de un muñeco, un autómata, al que le di vida metiéndome adentro. A los diez años descubrí las islas del Tigre y ese fue mi sueño que se convirtió en realidad. Ese ámbito vegetal y acuático recorrió mi obra y será probablemente el reino donde pase mis últimos días, cuando habite el final de la infancia”.

Celina Vive!: En algún momento de tu niñez experimentaste alguna actividad que tenga que ver con este presente, con el Alberto Muñoz de estos días?
Alberto Muñoz: “Probablemente mis dificultades de comunicación con todo aquello que se establecía en aquel entonces como el mundo me abrieron otras puertas, no eran demasiadas y sí siempre las mismas, ahí moraba en una suerte de imaginación creativa, yo deseaba realizar lo que imaginaba. Recuerdo un librito de la editorial Billiken cuyo título era “grandes poetas” leía –calculo que con muchas dificultades- esas páginas misteriosas y entendía que algo de eso me estaba destinado. Escribir para que el mundo se revelara en todo su colorido y extensión; miraba los mapas, copiaba minuciosamente el dibujo de los barcos que recorrían mares y geografías que entendía como inexistentes pero probables. Homero, Virgilio eran nombres que me resultaban familiares porque a mi padre le gustaba el tango, pero estos Homeros y estos Virgilios eran distintos, me resultaban más encantadores y daba la impresión que desde sus retratos en lápiz me miraban y me habilitaban a la escritura. De ahí nació el encanto por escribir historias, poesías y canciones”.

Celina Vive!: En un determinado momento, en una no tan lejana entrevista, me comentabas que lo que más te dolía era la poca luz en los ojos que veías en la gente, te molestaba, por llamarlo de alguna manera, la desesperanza, seguís pensando igual?
Alberto Muñoz: “Los argentinos tenemos una desesperanza rotativa, una especie de eterno retorno de la desesperanza, pero por su propio peso también tenemos una alegría salvaje que nos salva de la misma desesperanza. Soy un hombre feliz que ha hecho y continúa haciendo algo para desestabilizar ese moño atado al cuello. La tarea de un artista es extraña, uno tiene la ilusión de llegar a la gente, esa ilusión a veces tiene un retorno inmediato pero la consistencia del trabajo opera a través del tiempo, en la acumulación”.

Celina Vive!: Cómo es eso de maestro de poética?

Alberto Muñoz: “La poética es una disciplina muy antigua, yo me formé toda la vida para ejercerla, se trata básicamente de ofrecerle a la gente una formación lo bastante completa en temas de arte, por un lado pensando juntos las problemáticas del arte y por otro centrándose en la actividad específica de lo que se quiere hacer. Hay personas que lo que desean es leer bien, otras trabajar la escritura personal o la corrección de un texto que están por publicar. También trabajo con artistas plásticos o músicos que quieren explorar los contenidos de sus obras, en fin, es una actividad compleja, inagotable que cuando encuentra su rumbo amortiza la ilusión de sostener íntimamente una parte importante de la vida, entendamos que la conversación entre la vida y la creación rejuvenece hasta las piedras”.

Celina Vive!: “El gran pez americano” (1987), “Lo que sale una trompeta” (1989) y “Misa Negra” (1991), son esos legendarios discos tuyos que quisiera tenerlos en CD, volverán a ser editados algún día?
Alberto Muñoz: “Es probable, hay en vistas un proyecto de editar un álbum con toda mi obra que consiste en lo que nombraste más “Los últimos días de Johnny Weistmuller” (Tarzán), “La pasión según los hipopótamos” ambos CD realizados con la orquesta El Destino, un disco de poemas “Código Morse” y el último trabajo que es un álbum doble de una obra que se llama “La marca de Caín””.

Celina Vive!: Existe una escuela que forme artistas?

Alberto Muñoz: “Tengo entendido que no, hay escuelas de disciplinas pero no de formación integral, filosofía, aspectos de la ciencia, artes comunicantes, política cultural, etc.”.

Celina Vive!: En otra oportunidad, refiriéndote al lugar en donde van a parar tus discos en las disquerías, decías que te gustan las bateas de varios, es casi un orgullo estar en ese lugar?
Alberto Muñoz: “Ya no, porque prácticamente no estoy en ninguna batea, no es fácil encontrar mis obras, pero teniendo en cuenta los nuevos procedimientos cibernéticos en cualquier momento mi obra aparecerá navegando en los sistemas virtuales; no es un tema que me preocupe demasiado. Yo grabo permanentemente para que los trabajos no se pierdan, hasta ahí llego de manera responsable”.

Celina Vive!:Seguís siendo un copado del delta, el río, las islas, de ese paisaje verde-alma?

Alberto Muñoz: “El delta ocupa la mitad de mi cabeza, la otra mitad la ocupan mi familia, mi trabajo y mi vocación de vivir. Con esas dos mitades equilibrio los días y las noches”.

Celina Vive!: Qué estás preparando ahora, cuáles serían tus proyectos, tenés en mente alguna presentación?
Alberto Muñoz: “Estoy por sacar un CD con música de cámara compuesta con Diego Vila y con textos de Javier Cófreces y míos, lleva por título “El puente de las tetas”, el resto se parece a una mágica rutina, publicar uno o dos libros de poesía este año y aguardando el estreno de una obra teatral que se mostrará en octubre, “Antógonas” dirigida por Leonor Manso e interpretada por Claudia Tomás e Ingrid Pellicori”.


Entrevista: Carlos Romano

Entrevista: Estelares.- La vida en una canción


“Le di mi vida a las canciones, y no me arrepiento”, canta Manuel Moretti en “Melancolía”, uno de los temas del último disco de Estelares.

Manuel Moretti, voz líder de Estelares está cumpliendo 15 años con la banda. Pasaron muchos abriles entre Junín, La Plata y Buenos Aires, y pasaron 4 discos hasta llegar a su último trabajo: “Una temporada en el amor”.
“Nuestro primer disco Extraño Lugar fue editado en diciembre de 1996 en Argentina, y en España en agosto de 1997. En diciembre de 1998 se editó Amantes Suicidas. El disco no tuvo casi promoción, a diferencia del primero (época en que éramos bastante requeridos por cierto), y prácticamente no tocamos (salvo algunos shows en La Plata). Presentamos Amantes Suicidas en el Podestá en dos sábados de diciembre del 1998 y si la memoria no me falla en todo el 99 y parte del 2000 sólo tocamos en Buenos Aires una vez. Lo que merece mención es que en ese único show que fue en un festival en Excursionistas, minutos antes de subir a tocar lo que sería un acústico y estando yo con la guitarra colgada a punto de subir al escenario alguien me toca la espalda, y al darme vuelta veo y escucho al señor Ricardo Mollo diciéndome: “¿Tocan ahora, no?, Los vine a ver”. Ardimos fue (para mí) una bisagra emocional. Siempre había escrito canciones y había tenido grupos de rock. Incluso había grabado los dos primeros discos de Estelares,
pero en Ardimos decidí que viviría de las canciones. Dejé mi trabajo de mozo y me mudé a Buenos Aires. Pasé casi todo el tiempo que va entre diciembre del 2000 hasta noviembre del 2003 abocado al desarrollo y conclusión del disco Ardimos. Llegaría luego “Sistema Nervioso Central”, es el cuarto disco de la banda y está producido por el perico Juanchi Baleirón y contiene temas como Campanas, Aire, Vías del tren, Jardines secos y Ardimos (nombre de nuestro tercer disco, que no incluía la canción). Entre febrero y abril de 2009 grabamos nuestro quinto disco titulado "Una temporada en el amor", nuevamente producido por Juanchi Baleiron”.

Estelares se formó en la ciudad de La Plata, a mediados de la década del noventa, destacándose en la escena local y llegando con muy buenos comentarios a Capital Federal, en especial por las letras. Con Manuel Moretti: Voz y guitarras, Víctor Bertamoni: guitarras, Pablo Silvera: bajo y coros y Carlos Sánchez: batería y coros quedó definitivamente conformado el grupo.
Más allá del peso autoral de Moretti sobre la obra general de Estelares, hoy ya resulta evidente el rol de la banda en la construcción musical. El cuarteto da un paso más allá de Sistema Nervioso Central con un álbum de alto nivel, que demuestra su capacidad de construir identidad propia en un terreno tan dado a los lugares comunes como la canción rock. Dice Manuel: “La banda es nuestra cotidianeidad y nuestra casa, la llevamos encima como las tortugas o los moluscos llevan su esqueleto a cuestas. Nos conocemos alegres, taciturnos, bulliciosos, lavándonos los dientes, dormidos, exaltados, con dolor de cabeza, con cistitis, hablando de política, de libros, de películas, de amigos, de mujeres, del pasado, y del futuro, que es lo que nos mantiene en la ruta al servicio de la canción”.

Decía Facundo Cabral, en una entrevista para Celina Vive!: “Todavía creo en eso que se decía en los años 60’ que, una canción puede cambiar al mundo, lo creo porque a mí me mejoró, no es un hecho utópico el arte...”

Celina Vive!: Tengo la costumbre de comenzar hablando de la infancia, dónde has pasado tu infancia, qué recuerdos llegan de esa época?
Manuel Moretti: “Mi infancia la pasé entre Junín y Agustina, un pueblito distante 20 km de la urbe juninense donde vivían mis 4 abuelos.
Me crié en siestas de cantares de pájaros y mariposas (había miles en las primaveras-veranos) que atravesaban las calles de tierra del pueblo de no mas de 1000 habitantes, tardes corriendo en montes de eucaliptos y vías de tren abandonadas, reconociendo sonidos de gallos, palomas torcacitas y monteras, chicharras, urracas, benteveos, perros, langostas y demases. Inolvidables 10 años de campo (sin Sociedad Rural por supuesto)”.

Celina Vive!: De Junín al infierno, o realmente Junín se estaba convirtiendo en el infierno?
Manuel Moretti: “Junín fue amable. Mis amigos de la adolescencia, el colegio, el fútbol, las chicas. Empezaba a ser un joven afortunado, Beatles, Roberto Carlos, Sandro, Nino Bravo, Leonardo Favio, después los 80 (apenas tenia 14) hicieron lo suyo, Spinetta, King Crimson; Peter Hamill, Queen, Seru Giran, Zappa, Bowie, Lou Reed, Sumo, los Abuelos, Fito, Virus, los surrealistas, Rimbaud, los poetas malditos, Artaud... y las drogas”.

Celina Vive!: “Dar la vida por una canción”, ese sigue siendo el lema o a esta altura no se puede ser tan exagerado?

Manuel Moretti: “Lo único que es verdad es que las canciones se convirtieron en mi oficio y me salvaron, fueron mi retorno a la vida social. Por y desde las canciones regresé de un universo lisérgico, sombrío y febril”.

Celina Vive!: “Una temporada en el amor”, tiene algo que ver con el libro de Rimbaud “Una temporada en el infierno”, si es así, este título tendría que ver con que solo el amor nos puede sacar del infierno?
Manuel Moretti: “Era una de las variables, lo usé por oposición. Estas frases de la canción “Máscaras” del ultimo disco retratan mi sensación del amor como contenedor: “En un coro de muñecas se estremecen las heladas máscaras. Unas risas solitarias ensordecen las mañanas todas. Miles de maripositas mas perdidas que bonitas... yo no sé si comprendo... horas tan extrañas para mí. Sólo el amor puede calmar este pesar, voy a rendirme para que me lleve al mar”.

Celina Vive!: En qué instante aparece Fito Páez en la vida de Estelares?

Manuel Moretti: “Un amigo en común, Coqui de Bernardis, me llamó un domingo para decirme que Fito estaba fascinado con mi canción “Ella dijo” y que quería invitarme al Opera, Fito presentaba su disco Rodolfo. Así que el lunes y martes siguientes estaba yo con el señor Fito Páez cantando mi canción “Ella dijo” en su Opera, sencillamente increíble y precioso. Una muestra más de la generosidad de Fito”.

Celina Vive!: El arte suele ser un camino incierto, se sabe hacia dónde va Estelares?
Manuel Moretti: “No sabemos hacia dónde vamos pero sí en qué vamos: nuestro medio de locomoción son las canciones, vamos en canciones”.

Celina Vive!: Todavía hay que seguir golpeando puertas, o llegó un momento de más tranquilidad en la vida de Uds.?

Manuel Moretti: “El reconocimiento nos deja un poco mas distendidos, empieza a saberse que es Estelares, no solo a saberse, cada vez se nos trata mejor. Es merecido, más de 18 años al servicio de la canción nos respaldan”.


Entrevista: Carlos Romano

Entrevista: Víctor Pintos.- En el camino que enriquece

Víctor Pintos comenzó su carrera periodística en Olavarría a los 16 años. A los 21 se radicó en Buenos Aires, donde realizó diversas tareas periodísticas en medios gráficos, radio, televisión y websites.
A fines de 2001 retornó a Olavarría. Desde allí continúa desarrollando sus actuales actividades como realizador de documentales para TV y DVD, productor discográfico, escritor, locutor y director periodístico del sitio rock.com.ar dedicado al rock argentino.

Este trabajador incansable comenzó su actuación en medios gráficos en 1978, escribiendo en el diario "El Popular" de Olavarría. En 1980, ya radicado en Buenos Aires, comenzó una intensa actividad en diversos medios: Revistas "Expreso Imaginario" (1980/1982), "Humor", "El Periodista" (1989/1993),"Página/30" (1992/1994), "Luna" (1997) y "La Contumancia" (1998/2000), Suplemento Joven en el Diario "Sur" (1989/1991), Diario "Página/12" (1991/1994), Diario "La Razón" (1985/1988), Diario "Clarín" (Suplemento Sí) (1990/1993), luego fue colaborador, sólo esporádico, en la revista "Rolling Stone" y en el suplemento "Radar de Página/12". En radio fue productor periodístico del ciclo "Piedra Libre" de Juan Alberto Badía (FMR, Radio Rivadavia, 1983/1985), fue productor periodístico del ciclo "Compromiso" de Miguel Angel Merellano (FMR, Radio Rivadavia, 1983/1984), fue productor del ciclo "OvniBus" de Liliana Daunes y Norberto Tallón (FMR, Radio Rivadavia, 1982/1983), fue conductor del ciclo "Estación Bariloche" (Radio del Plata, 1986), producido por TM, la -por entonces- novel agencia de publicidad de Marcelo Tinelli, fue productor de conciertos de música popular del ciclo "Raíces" (Radio Nacional, 1987). Es conductor, guionista, musicalizador y editor del ciclo "radio rock.com.ar" que se graba en su estudio particular de Olavarría y se emite en más de 140 radios de distintos lugares del país, con distribución por internet a través del sitio rock.com.ar (2007/2008). Trabajó en Televisión:"Música urbana" (Cablevisión y Multicanal, 1994/1996), "Puerta 4" (Multicanal, 1997/1998), realizó las entrevistas y la producción periodística para el ciclo de programas documentales "Mejor hablar de ciertas cosas" de la cadena internacional MTV Latino sobre la historia del rock argentino (1996), fue el responsable periodístico del documental "Madonna does Evita" realizado por Channel Four de Londres con dirección de Claudia Nye (1996), fue conductor de la televisación de conciertos del ciclo Argentina en vivo (Canal 7, 2000). Es autor de "Tanguito - La verdadera historia", libro que narra la vida de José Alberto Iglesias, Tanguito, pionero del rock argentino, de "Atahualpa Yupanqui - Cartas a Nenette", libro que compila la correspondencia durante casi 50 años de Atahualpa Yupanqui con su esposa Paula Nenette Pepin (Editorial Sudamericana, 2001), de "Atahualpa Yupanqui - Este largo camino (Memorias)", libro que presenta un texto escrito por Atahualpa Yupanqui -que dejó inconcluso- y la recopilación de recuerdos del folklorista que éste dejó registrados en monólogos, charlas, entrevistas y autoentrevistas (Editorial Cántaro, 2008)
Ganó el Martín Fierro al Mejor Programa Musical de la TV por cable de la Argentina por su ciclo "Música urbana" (Magazine de Multicanal, 1996), el Premio ATVC a la Mejor Producción Musical en la TV por cable de la Argentina por su ciclo "Música urbana" (Magazine de Multicanal, 1996), el Premio Estímulo TEA 1992 en el rubro Revistas por sus investigaciones en la Revista Humor, el Premio Mate.ar al Mejor Website de Música del Año por www.rock.com.ar (2003/2004). Por otro lado, es miembro del Jurado de Honor del Premio Clarín y del Jurado de los Premios Gardel desde 1999.
En fin, Víctor Pintos lleva un largo camino recorrido interpretando la cultura de nuestro país, con un positivo aporte que da luz a elementos enriquecedores, elementos esenciales en un país que muchas veces hace “oídos sordos” a “formadores de pensamientos”, a luchadores que invitan a soñar, a aquellos que por suerte nos alejan de tanta basura mediática.

Celina Vive!: Tengo la costumbre de comenzar con la infancia, esa etapa que nos marca para siempre. ¿Qué recuerdos llegan de esa etapa?
Víctor Pintos: Los recuerdos de una infancia feliz en un barrio de una ciudad del interior, en el arranque de los 60. Picados de barrio en la calle con cualquier pelota, casi nunca de cuero, bicicleta, mucha música por radio, folklore y tango, Yupanqui y Larralde a la siesta con el tocadiscos de mi abuelo, y Los Chalchaleros, Troilo, Goyeneche, y el Club del Clan que estaba de moda, y las primeras noticias de Los Beatles.

Celina Vive!: ¿Cómo surge la idea de irte a vivir a Olavarría?
Víctor Pintos: Me gusta decir que vine a Olavarría, no que volví. Porque yo nací acá y me fui a Buenos Aires a mis 19 años. Un día me cansé de la Capital y me dije, me voy, y de varios lugares que tenía como posibles destinos, elegí éste. Lo bueno es que no abandoné nada en Buenos Aires, sigo haciendo todo lo que hacía, incluso más, porque acá hay más tiempo y las distancias son menores.

Celina Vive!: La revista Expreso Imaginario, fue como un oasis en una época en donde poco se podía hablar. ¿Cómo fue que ingresaste a ese staff tan imaginador?

Víctor Pintos: Para mí fue cumplir un sueño de pibe. Casi como jugar en la primera de Boca para quienes eligieron ser futbolistas. Porque yo era un lector apasionado de la revista, y a poco de llegar a Buenos Aires, en la redacción de la revista leyeron algo que había publicado en el diario de Olavarría –era la cobertura del retorno de Almendra, puntualmente- y les interesó, ¡y me llamaron! Me llamó a mi departamento de un ambiente quien acababa de asumir como director de la revista, Roberto Pettinatto. Esa misma tarde fui a la revista y dije que sí, claro.

Celina Vive!: Has incursionado en diferentes facetas de nuestra cultura desde muy temprana edad. ¿Cómo ves hoy la realidad cultural en nuestro país?
Víctor Pintos: En un momento en que hay brotecitos, veremos si conseguimos que las plantitas crezcan y se desarrollen. Después del genocidio cultural que sufrimos en la dictadura, tuvimos otro mazazo en los 90 con el neoliberalismo económico, el Menemismo en el gobierno y la Tinellización de la cultura, y ahora me parece que estamos intentando levantarnos. Pero nos dieron duro. Yo creo que aún hay mucho talento y mucha sensibilidad en el país, pese a tantos pesares. Sobre todo en las nuevas generaciones. Creo en el futuro.

Celina Vive!: ¿No notás como una especie de “guerra” declarada a la cultura y educación en los medios televisivos?
Víctor Pintos: No sé si una guerra, hay una decisión de ignorar a la cultura y la educación en la televisión. Pero no en toda, quiero aclarar. Porque están América con Rial, Telefé con Marley y Canal 13 con Tinelli, pero también están Encuentro y Canal á, con mucha programación interesante. Así que el problema no es tanto qué ofrece la tele, sino qué mira la mayoría del público en la tele… Ojo.

Celina Vive!: Tu libro sobre Yupanqui tuvo excelentes críticas, algunos dicen que es un libro que no puede faltar en ninguna biblioteca. ¿Cómo surge la idea de hacer un libro sobre uno de los pensadores más importantes del siglo XX?
Víctor Pintos: Yupanqui es un personaje trascendente para la cultura mundial, no solo para la música popular argentina y latinoamericana. La idea para hacer el primero de los dos libros que hice sobre Yupanqui, “Cartas a Nenette”, surgió cuando el Coya (Roberto Chavero, el hijo de Yupanqui, me contó que había miles de cartas de su papá a su mamá. Obviamente me interesó ese material y se lo pedí, y por fortuna confió y me dijo que sí. El otro, “Este largo camino”, que son las Memorias de Yupanqui, es una consecuencia de haber trabajado bien con el otro. Y tengo más material de Yupanqui, inédito, para seguir trabajando más adelante. Pero eso lleva tiempo. Entre un libro y otro, de Yupanqui, pasaron ocho años.

Celina Vive!: Cerramos con proyectos, sueños no cumplidos.
Víctor Pintos: Proyecto seguir trabajando en cuestiones que me dan placer y me enorgullecen. Con eso me gano la vida y es buenísimo, creo. Mi sueño es volverme viejo haciendo cosas que le dejen algo valioso a la gente que se acerque a conocerlas.


Entrevista: Carlos Romano

Entrevista: Antonio Pujía.- “El arte es la razón de mi existencia”

Antonio Pujia nació en Polia, un pueblo de Calabria, Italia, el 11 de junio de 1929 y llegó a la Argentina en 1937, nacionalizándose argentino varios años después. Es uno de los más importantes artistas contemporáneos de nuestro país. Su obra está realizada en diferentes metales fundidos, como bronce, plata y oro y también en mármol.
Se formó con grandes maestros como A. Lagos, T. Troiani, A. Bigatti, Fioravanti , Rogelio Yrurtia, entre otros. Recibió el título de Profesor Nacional de Dibujo en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón y el de Profesor de escultura en la Escuela superior de Bellas Artes Ernesto de la Carcova. Ejerció la docencia en las escuelas Pueyrredón y Belgrano y también en su propio taller-escuela. Organizó el taller de escultura del Teatro Colón de Buenos Aires del cual fue su jefe durante los años 1956 hasta 1970 cuando renunció al cargo para dedicarse de lleno a la escultura artística. Cuando se cumplan los 100 años del Teatro Colón, el maestro estará presente como invitado de honor: “Estuve 15 años en el Colón, todavía tengo necesidad de ver esos rincones en donde pasé tantos años. Allí sin saberlo fundé el taller de escultura del teatro, que hoy tiene 12 personas. También formé mucha gente en el oficio. Fue un episodio hermoso de mi vida”.
Obtuvo el Gran Premio del Salón Municipal Manuel Belgrano en 1959, el Gran Premio de Honor del Salón Nacional de Artes Plásticas en 1960, la Bienal Alberto Lagos en 1961 y el Gran Premio del Fondo Nacional de las artes en 1964 entre otras distinciones.
El maestro Pujía, precursor de una disciplina que no carece de importancia en nuestro país, reafirma: “Empecé desde muy niño, tenía una vocación impetuosa sin saber que era vocación. A los dos años de estar en Bellas Artes me di cuenta que lo mío era la escultura. Fue como un mandato. A partir de 1944 hasta la fecha sigo con placer este mandato”. Reconoce que viene de una época distinta, reconoce que durante la primera mitad del siglo XX prevalecían las obras de gran tamaño y la necesidad apremiante del “encargo” gubernamental: “Hoy hay muchos escultores, pero muchas dificultades para mostrar dignamente, y la mayoría tiene que trabajar de otras cosas, las galerías se globalizaron, hay que pagar todo y las ventas no son tan importantes".
Y en el 2008, el maestro sigue al frente con la magia, modelando esa materia, sometiéndola a sus representaciones.

Celina Vive!: Nació en Italia, y desde muy temprana edad viene a la Argentina, que recuerdos llegan de esa época?
Antonio Pujía: Soy nacido en Calabria, al sur de Italia, viví allí hasta los 8 años. Era un pueblo chico y tranquilo, no había puertas cerradas con llaves. A mi papá lo conocí en Argentina, el había viajado antes debido a nuestra pobreza, mi madre ocupó el papel de madre y padre en esa época, época en la que escaseaba el dinero, época de guerra y de crisis. Mi abuela Carmela era un personaje amado, recuerdo que cuando volvía del cultivo me traía los primeros frutos, una vez me regalo un mirlo, ese pájaro para mí era un juguete maravilloso. Mi abuelo paterno se llamaba Antonio, de él heredé mi nombre. En 1937 pudo mi padre reunir un poco de dinero y pagarnos el pasaje en barco, fueron 20 días de viaje. En el barco comencé a sentir la añoranza, cuando llegué se agudizó, veníamos de un pueblo con montañas, nunca había visto un auto o una ciudad como Buenos Aires. El encuentro con mi padre fue muy emotivo, todavía tengo esas imágenes en mi cabeza. Quiero rescatar una cosa muy importante para mi historia personal, nosotros llegamos en mayo de 1937, a los pocos días mi padre nos había anotado a mi hermana y a mí en una escuela cercana a la casa que alquilábamos en el barrio de Caballito, recuerdo a mi maestra Teresa de primer grado superior, yo sabía muy poco de castellano, lo fui aprendiendo a medida que las vivencias me lo permitían, y recuerdo que era muy introvertido , muy metido para adentro, y en el margen de mi cuaderno hacía dibujitos, volaba con esos monigotes, y esta maestra, descubre lo que estoy haciendo, y en vez de retarme, me dice que siga dibujando, y eso fue una motivación para mí. Recuerdo también que mi compañerita de banco tenía una caja de colores, y yo la miraba como si fueran joyas, nunca había visto lápices de colores, la maestra le pidió a esta compañerita que me la prestara, y recuerdo que hice un dibujo en toda la hoja, le metí color a todo lo que daba, después de muchos años de terapia descubrí que lo que Teresa había hecho conmigo era abrirme la puerta de una nueva vida, había alimentado en mí una vocación muy incipiente.

Celina Vive!: Una docente que empuja con libertad
Antonio Pujía: De toda mi infancia, esto que cuento, lo llevo en mi sangre y en mi alma, y rescato la importancia que tiene haber tenido una buena docente. Luego, en otro colegio, cuando nos mudamos a Versalles, recuerdo que era el encargado de dibujar para las fiestas patrias, láminas, pizarrones, impulsado por otro maestro: Ricardo. Ricardo aconsejaba, de acuerdo a la orientación de cada alumno, qué teníamos que seguir estudiando, y sin titubear a mí me había aconsejado seguir Bellas Artes. Mi padre pensaba que como nosotros éramos obreros y de una clase pobre no podíamos pensar en seguir esos estudios, él quería que siguiera comercial, para después emplearme en una empresa. Yo tenía igualmente una obsesión muy instintiva con seguir Bellas Artes. Mi madre pudo ver que no era un capricho, y me ayudó, hizo el sacrificio de acompañarme para averiguar y anotarme, éste es otro gesto que lo valoré toda la vida. A los 12 años ingresé a la Escuela Manuel Belgrano. A la mañana estudiaba y por la tarde ayudaba en las tareas de la casa, cuidaba una pequeña granja y una quinta. A los 13 años comencé a trabajar en un taller de cerámica.

Celina Vive!: La herencia de la cultura del trabajo
Antonio Pujía: Vengo de una familia de trabajadores. Tuve la suerte que maestros maravillosos, grandes escultores de nuestro país, a muy temprana edad, me propusieron trabajar con ellos. En esa época los escultores trabajaban mucho por encargo (monumentos, placas recordatorias, bustos, etc.). Me sentía en la gloria trabajando con ellos, y ganaba bastante bien, y le llevaba dinero a mi madre. Recuerdo que el maestro Troiani había quedado muy conforme con un trabajo que me había pedido y me dio una suma de dinero bastante importante, cuando llegué a casa y se lo entregué a mi madre con orgullo, mi madre agarrándose la cabeza, me dijo: Vos te estás juntando con ladrones… (risas).

Celina Vive!:Cuando nos encontramos en la exposición de un amigo, Walter Gavito, usted decía que rescataba su obra, y valoraba que en tiempos de tanta materia se resaltara la figura humana… Usted está más cerca del humanismo que de otra corriente artística…
Antonio Pujía: El Humanismo en términos generales, a veces, no es una corriente política ni filosófica, es la vida de los seres humanos que habitamos este planeta. En el Humanismo que yo estoy inscripto, sin que sea una militancia, es la esencia de nosotros mismos, y la historia demostró que el ser humano es capaz de las cosas más bellas y milagrosas, como de las más terroríficas, hay varias gamas. El arte en general está inscripto en esa parte de la humanidad que está por la dignidad, por el bien, el progreso y la belleza, los artistas nunca nos enrolamos en la destrucción, en la violencia o en la maldad. El arte compensa y nos permite expresarnos a nosotros mismos, el arte es la expresión y la memoria de la humanidad, nos permite ser un alma benéfica que siente la humanidad de una manera persistente.

Celina Vive!: Antonio, quién maneja el arte en nuestro país?
Antonio Pujía: El arte propiamente dicho lo manejamos los que lo hacemos, después hay gente que lo utiliza, luego viene el comercio impuro. El destino principal es llegar al alma del otro para alimentar su sensibilidad, su percepción y también, si es posible, servirle de solaz. La mirada más profunda es la que va a la esencia que tiene esa forma, que se llama el contenido emocional, los artistas producimos esto. Hay gente que está vinculada al arte y se convierten en mercaderes, algunos lo hacen dignamente, pero otros hacen un uso indebido y lo transforman en un negocio. Si miramos con detenimiento la educación en general en el arte, vemos que está siendo totalmente descuidada, es caótica, y esto viene como consecuencia de los dictados, ciertos personajes no quieren que la gente sienta o piense, por otro lado la gracia y el escándalo no permiten que la gente se sensibilice, piense, se eduque y se eleve. Cómo hacen las grandes empresas para mantener a sus obreros: sometiéndolos, escatimándole el salario, haciéndolos sufrir, porque de esa manera no pueden pensar en otra cosa, y generan toda esta parafernalia de violencia y de crímenes, que es el sello de esta época. Entonces, el arte que cultivamos los artistas no les viene bien a ellos, por otra parte nosotros somos terriblemente obsesivos y pertinaces, porque somos auténticos y es nuestra razón de existir. La razón esencial es amar entrañablemente esto, aún cuando no tenemos demasiado éxito.


Entrevista: Carlos Romano