
Independiente e iluminado
Gabo Ferro nació y vive en Mataderos, desde muy temprana edad se sumergió en el mundo de la música. Además de músico es poeta, historiador y durante algunos años fue docente universitario.
Comenzó a hacerse conocido en la escena under de Buenos Aires como líder de la banda de hardcore Porco, con quienes grabó dos discos: Porco (1994) y Naturaleza Muerta (1998). Sin embargo, un día de 1997 abandonó la banda en pleno recital para dedicarse a estudiar Historia.
En 2005 reapareció en la escena con un álbum llamado Canciones que un hombre no debería cantar, grabado en un día y compuesto en quince. Realizó una gira por el circuito universitario de Estados Unidos, con el nombre de “Pobre pero honesta USA tour”. Debido a la repercusión de su primer disco, un año después editó Todo lo sólido se desvanece en el aire su segundo álbum solista. Ese mismo año ganó el premio Clarín como Revelación Rock. Luego realizó una nueva gira, esta vez, a la costa oeste de EEUU. En el año 2007 realizó la tercera “Pobre pero honesta USA tour” y el 21 de septiembre editó su tercera producción discográfica, Mañana no debería seguir siendo esto.
En 2008 editó su cuarto álbum, Amar temer partir, su primer DVD de un show en vivo y su primer libro Barbarie y civilización: Sangre, monstruos y vampiros durante el segundo gobierno de Rosas (1835-1852), su tesis de maestría en Investigación Histórica, libro ganador de la mención honorífica del Fondo Nacional de las Artes. Y este año apareció su segundo libro Degenerados, anormales y delincuentes. Gestos entre ciencia, política y representaciones en el caso argentino (2010).
En 2009 vio la luz su quinto álbum, Boca arriba.
Participó también de "Four Walls, la niña del enfermero" obra de Carlos Trunsky producida por el Teatro Colón con Haydée Schvartz (piano), Gabo (cantante y actuación), Leandro Tolosa y María Kuhmichel (danza) ganadores del Premio Clarín como mejor obra de danza.
Un día muy frío de este invierno 2010, nos encontramos con Gabo, en un bar legendario de Callao y Corrientes, y hablamos de varios temas, por sobre todas las cosas coincidíamos en que “uno es lo que come”, sin entrar en la pregunta: Cuáles fueron tus influencias?, Gabo decía:“Lo mío es una síntesis de todo lo que me influye... La literatura, la pintura, el ballet, lo que hacen los buenos coreógrafos me vuelan la cabeza, todo eso es un aprendizaje para mí, soy un tipo que tiene muchos maestros y no para de aprender... Los viejos tienen siempre algo que decir, siempre y cuando se los respete, hay viejos muy sabios...Hay gente que no me es ajena, son como mi familia, Grinberg, Lernoud, Rosso, ¿Quién hablaba de ecología en los 70? Defiendo a todos esos maestros...”
Con un nuevo disco en la calle: “El hambre y las ganas de comer”, Gabo Ferro continúa “sobre el camino”.
Celina Vive!: La infancia es ese lugar en donde todos nos nutrimos, cómo fue la tuya, qué recuerdos llegan?
Gabo Ferro: “Mi infancia fue básicamente riquísima de todo lo bueno y de algunas cosas menos buenas que puede tener un niño. Una infancia de barrio, nací y me crié en Mataderos, primero cerca de Alberdi y luego nos mudamos sobre Garzón, y había amigos netos de barrio, había fútbol y demás... Mi viejo fue durante 40 años gerente del Club Nueva Chicago, entonces en todas las actividades del Club era “el hijo de Ferro”, pero más allá de una cuestión que ahora parece ventajosa, era una cuestión cariñosa, para los temibles barra bravas era como una mascotita, tenía una vida social amplísima... Pero también, como equilibrando tenía una vida interna super rica, pasaron muchas cosas, por ejemplo un hermano mayor con problemas de salud, un accidente que tuvo mi abuela que la tuvo postrada durante un largo tiempo, no fui un niño abandonado pero hubo cosas que faltaron, entonces me dediqué a la música y a la lectura, estas dos cosas entraron juntas en mi vida... En mi “Winco” cuando me cansaba de escuchar “Pedro y el lobo” sonaban Moris, Almendra, Manal, Pappo, Los Gatos, y ahí se produjo un caldo cultural enorme, mi universo infantil era eso, mi hermano, influyó en eso, él me pasó toda su música...”.
Celina Vive!: Y esto te ayudó a ser más independiente?
Gabo Ferro: “Sí, siempre fui independiente, tengo como recuerdos muy fuertes... Y para que no se note esa cosa de independencia, hacía las cosas con una manía de perfeccionismo importante, en el colegio hacía las cosas de tal manera como que mis padres me habían ayudado, y en verdad no estaban...”.
Celina Vive!: Y qué cosas crees vos que en esa época pegaron fuerte como para estar viviendo este presente?
Gabo Ferro: “Las cosas que tienen que ver con la verdadera educación, más allá de la educación formal que tiene que ver con la escuela, la honestidad de mis viejos, el tratar con pares, mis compañeritos de escuela y del barrio, darle al éxito la definición real y no la que te trasmiten, esa cosa equivocada que éxito es igual a dinero o mayor cantidad de discos vendidos o mayor cantidad de gente que te va a ver a los conciertos o mayor número de tirada de una revista... Todo eso y la testarudez, soy testarudo, pero no caprichoso, soy testarudo cuando veo que algo puede dar frutos, voy por eso, insisto y reformulo...”.
Celina Vive!: Cómo es que desde un ambiente tan pesado, tan metido en el hardcore como“Porco”, con letras cargadas de nihilismo, pasás a un lirismo supremo con toda una carga poética?
Gabo Ferro: “Timbricamente sí, pero en cuanto a como la banda trataba de funcionar es lo mismo, llevaba mis temas a la sala tal cual como ahora los puedo tocar en vivo, es decir con una guitarra criolla, sucede que la banda no tuvo una vida tan larga o al menos tan fructífera como mi parte solista... Eso era un producto cultural colectivo, con los cánones que significa esto, el hecho de pensar como tenía que ser una banda de rock para meterla en un circuito comercial, además éramos muy jóvenes y suponíamos que las claves del éxito eran firmar un contrato con una multinacional, tocar en todos los festivales, editar discos, etc. Entramos en esa y nos agotamos, y a su vez me di cuenta que así no iba la cosa, me di cuenta que no podía decir nada más... Luego de muchos años descubrí que había que volver en otros términos, como artista, como escritor e interprete de canciones, como productor cultural... “Porco” tuvo una extensión muy poética, las letras hablaban del HIV, como una problemática juvenil, en un momento en donde el estado no hacía ninguna campaña, mi lírica en ese entonces tenía que ver con ese timbre muy duro y con lo propio de algo que estaba en esa escena... Era un proyecto muy difícil para mí y no prosperó...”.
Celina Vive!: Luego llegaría esa etapa en donde dejás la música y te dedicás de lleno a la historia...
Gabo Ferro: “Siempre me gustó saber la historia de todo, y para entender mi propia historia empecé a estudiar... Trabajé como docente hasta que la música empezó a demandarme más tiempo... Tengo recuerdos de muy niño cuando me llevaban al Cabildo y quedaba conmovido, lloraba... Había algo de lo que veía que me hacía vibrar de una manera muy particular...”.
Celina Vive!: Con “Canciones que un hombre no debería cantar”, y yo agregaría: pero sí escuchar, comienza tu vida musical solista?
Gabo Ferro: “Sí y con sorpresa... Estuve 7 años sin grabar, y en ese tiempo los métodos de grabación habían variado bastante... Por la insistencia de un amigo volví a grabar, éste me pago toda la grabación... Es un disco que hoy me sigue sorprendiendo, es un disco milagroso para mi, en menos de dos meses le devolví el dinero a mi amigo Vicente, es un disco que ya tiene 5 ediciones, tiene una edición en EEUU en CD y en vinilo... Ese disco para mí representa el “contrato” conmigo mismo, de hacer lo que crea que deba hacer y nunca lastimarme, es como el fantasma del compromiso, es para no traicionar nunca el proyecto y no dejarse tentar por ciertas ofertas, es un disco simbólico...”.
Celina Vive!: Creo que aparte de la historia, hay un tema que te atrapa y es la filosofía, lo veo reflejado en tus canciones, letras por ejemplo como “Nada”, “Cuando el amor no entra” o “Sobre el camino” por nombrar algunas...
Gabo Ferro: “Sí, pero no lo pienso desde alguna escuela filosófica, lo pienso desde una manera de crear, es decir, soy un tipo afortunado, a los 5 años tenía una guitarra en la mano y cantaba “Luna Tucumana”, a mí Yupanqui me atravesó la vida, y desde ese lugar de la filosofía, desde la perspectiva filosófica Yupanquiana es que me acerco a eso, con Yupanqui aprendimos esa cosa casi Confuciana, el hombre que se para piensa, y por que piensa, se piensa...”.
Celina Vive!: Hablamos del nuevo disco?
Gabo Ferro: “Es un disco que para mí representa un quiebre, porque al ser un tipo que le da tanta importancia a la palabra, este es un disco en el cual no tuve nada que ver con la palabra, le cedí ese trabajo a un novelista y poeta que se llama Pablo Ramos, decidí que él se encargue de eso e hicimos un disco de 13 canciones que se llama “El hambre y las ganas de comer”... Me gusta mucho retomar las cosas que en una época fueron muy valiosas, esas cosas que por moda o por no conveniencia comercial se descuidaron, por ejemplo la unión de dos artistas de distintos palos para hacer otra obra, nosotros porque estamos en un estado independiente bendito podemos hacerlo... Las letras hablan de lo que habla Pablo básicamente, si lo tengo que resumir te diría que hablan de algo que como letrista no hablo casi nunca, del desamor... Habla de una persona que ha vivido en los 80, ha vivido lo bueno y lo malo en exceso, y cuando tiene lucidez que es siempre dice, es un viejo-joven lúcido que habla, es un hombre muy viejo de 44, pero parece de 144, habla de escenarios, de paisajes, de cómo quedan las cosas después de una explosión, es como un antropólogo, define escenarios con una maestría increíble, algo que el rock argentino tuvo mucho en su primera etapa, luego llegó la fantasía, el surrealismo, y luego las letras de las canciones entraron en un nivel de devaluación, letras que no decían nada, que se yo, la cerveza, la esquina, la moto, la chica o el porro, faso, fasito... Entraron en un camino exitista, el éxito tiene que suceder rápido, “operación triunfo”, gente quizás talentosa pero se queman rápidamente... Creo que todo tiene que ver con ir quemando etapas para luego tener una maduración...”.
Entrevistó: Carlos Romano
Fotografías: Matías Stachuk
No hay comentarios:
Publicar un comentario