“Antes del fin de la pintura”
“Quizás es cierto y tengan razón los críticos y puede que los pintores solo seamos sombras de un arte ya muerto, pero mientras sienta esa necesidad de agarrar un pincel y olvidarme del mundo, sus problemas y sus miedos y solamente hundirme en pensamientos que se transforman en colores e imágenes, voy a seguir disfrutando , pintando tanto, antes del fin…” Ricardo Celma
Ricardo Celma, nace en Buenos Aires en 1975, su vocación artística surge inmediatamente, así a los 5 años ya concurría a un taller de plástica, y lo hizo ininterrumpidamente por 20 años, fue alumno de Susana Mármol, Marcelo Plaza, José Alberto Marchi, Claudio Barragán, Julio Barragán, Carlos Fels, Alejandro Boim.
Realizó además conferencias y cursos breves con personalidades como Keneth Kemble, Pérez Celis, Ricardo Carpani, Jorge Abot, Dalmiro Sáenz, R. Crosatto, y en diferentes viajes se conectó con los talleres de Alessandro Kokosinsky (Roma), Antonio López (Madrid), Waldo Saavedra (Cuba), Raúl Anguiano (Guadalajara).
La obra de Ricardo Celma la podemos englobar dentro de la pintura hiperrealista. Sus cuadros nos invitan a adentrarnos en un mundo que se mueve entre lo místico y lo carnal. Hay cierta religiosidad fundida con un entorno erótico que nos transporta a un mundo bello e inquietante a la vez. Ricardo juega con elementos clásicos y contemporáneos introduciéndonos en una dimensión donde se difuminan las fronteras que consciente e inconscientemente va creando. También destaca la luz en sus obras incluso cuando éstas se encuentran sumidas en pasajes oscuros.
La figura humana por sobre todo elemento metafórico. La figura humana en Celma es poesía, música y paisaje en primer plano, después, todo lo demás: las técnicas, el equilibrio, el color, la composición, etc. Sus rostros de miradas transparentes dejan ver un mundo de ilusión, de deseo, la óptica de un mundo sin violencia. Por eso mismo me animo a decir que Celma navega por los caminos de la paz, una paz interior y exterior, en el sentido más puro.
Enemigo de los lenguajes herméticos que en el siglo XX “anularon el nexo con el espectador”, más allá de toda moda o “disparate” que, hoy día es presentado como el “nuevo arte”, Celma reflexiona y dice: “Cuantas veces leí y escuché, que el arte había muerto, que la pintura de caballete ya no tenia sentido, cuantas veces a los artistas que tratamos de seguir un oficio y reverenciamos las técnicas de nuestros maestros nos rechazan de todo evento artístico novedoso o vanguardista, pero ¿hay algo mas novedoso para estos tiempos que vivimos que este tipo de pintura? en una época donde todo es vorágine y vértigo, el arte te obliga a contemplar; en un tiempo donde todo se acelera, el arte te lleva a respirar profundo y tener objetivos pensados con tiempo; ahora que todo es virtual ingrávido inmaterial, el arte te hace sentir las texturas, ahora que la tecnología avanza aplastando todo lo anterior, para hacer este arte necesitas solo de un pedazo de carbón como hace 12000 años”.
Comenzábamos hablando de Pérez Celis, los dos coincidíamos en la grandeza del artista... Y, no tenía intención de comenzar por esta pregunta, pero surgió naturalmente, ¿Quién crees vos que maneja el arte en nuestro país, como para no reconocer a un artista como Pérez Celis?, nunca tuvo un merecido homenaje...
RC: “Hay distintos sectores del arte, están los que manejan el mercado, los que manejan al artista, el ejemplo de Pérez Celis que no tuvo esa obsecuencia con los críticos... Hoy la figura del “curador” es una figura muy importante, las grandes galerías son otra corporación que suben y bajan artistas, pero también está la gente, se puede entrar por ese lado y estar en el mercado y manejar el arte desde ese lugar, más comercial o con más llegada, ejemplos como Quinquela Martín, Pérez Celis, artistas que manejaron el arte desde otro lugar, con un contacto directo... Hoy el arte se maneja como cualquier otro mercado, por intereses económicos, la figura del “curador” muchas veces es más importante que el artista mismo, el curador es el que decide si vale o no, cómo y dónde se pone, y esto le saca fuerza al artista, desde ya que estoy en contra de todo esto, trato de manejarme con total libertad, y esto tiene su pro y su contra, te ponen y te sacan espacios... A mí hace unos años que me rechazan de ArteBA, no les sirve el arte que llega a la gente, les sirve el arte encriptado, el arte que necesita de la figura del curador para ser explicado a los otros, el curador decide con el coleccionista a donde hay que invertir...”.
Podíamos hablar del arte con “intermediarios”, entonces.
RC: “Por supuesto, arte que no tiene llegada, por eso mismo trato de participar en todo evento masivo, hace cuatro años que estoy en la tele haciendo cosas sin cobrar nada, nada le puede pasar mejor al arte que volverse popular y masivo. Se volvió una cosa tan de “elite” que inclusive la gente le tiene miedo, vos le preguntás a una persona común si le gusta lo que hacés y te mira con pánico y te dice que no entiende de arte, ¿y qué? Le metieron mucho miedo a la pintura... Quiero volver al artista que se esfuerce por llegar al público, que la obra emocione directamente, claramente, después adentro se pueden meter un montón de lenguajes más complejos, conceptuales, un arte para todos, más democrático si se quiere...”
Tengo la costumbre de comenzar por la infancia, esa etapa que nos marca para siempre, ésta tendría que haber sido la primera pregunta
RC: “La pintura siempre estuvo, mis primeros recuerdos son verlo a Berni, vivía a dos casas de la mía, en la calle Léxica, nosotros somos siete hermanos, no había demasiados recursos para salir a pasear, y mi papá nos sacaba a ver el tren como un entretenimiento, y ahí estaba Berni con sus cuadros secándose al sol... Tenía 4 años y asistí a una inauguración en la galería de la calle Gazcón, eso me ha marcado muchísimo, a los 5 años me mandaron a un taller porque vieron en mí cierta facilidad, a los 6 ya iba al taller de Marchi...”
Por lo que veo lo de Berni te marcó profundamente
RC: “No me di cuenta hasta crecer, hoy viéndolo a la distancia lo reconozco. Siempre desde chico dije que iba a ser pintor, a los 11 años hice una muestra y vendí un dibujo, ese dibujo me compró un reloj, no podía parar de hacerlo, a los 16 años hice una muestra individual más grande, no me imaginaba haciendo otra cosa, nunca hubo dudas y eso es fundamental. Esta es una profesión muy difícil, en el sentido que nunca hay una certeza, no importaba de qué manera, pero tenía muy en claro que iba a ser pintor...”
La figura humana, siempre como un símbolo en tus cuadros...
RC: “Todo lo que sucede lo paso por el cuerpo de una persona... Eso se da mucho en el siglo XIX, siempre lo pienso desde ese lugar, hasta cuando pinto un paisaje...”
¿Y tu mujer es la modelo?
RC: “Estuvo mucho tiempo como modelo, pero ahora ya no lo es, fue mucho el tiempo que estuvo posando, ahora se tomó un descanso...”
Algunos títulos de tus obras están vinculados a la música, más precisamente con el rock argentino, la poesía del rock sumergida en tus trabajos
RC: “Están Charly, Cerati, Spinetta... Eso tiene que ver con lo que me está pasando, el año pasado estuve leyendo mucha literatura japonesa y los títulos tenían que ver con eso... Lo que me acompaña mientras pinto es la música, el tema se visualiza... Relacionado a lo que digo nació un proyecto que se llamó “Sinfonía en 3 movimientos”, tres pintores nos unimos y llevamos ese proyecto a Holanda... A mí me gusta tocar el piano, soy muy malo pero le pego al piano y se deja, no saber correr (RISAS), nos juntamos los tres músicos y pintores e hicimos una armonía pictórica, hecha entre los tres, la música traducida en imágenes, por suerte este evento tuvo cierta resonancia en Holanda...”
¿Podríamos hablar de tus referentes, de tus maestros?
RC: “Sin duda José Alberto Marchi, Alejandro Boim, Carlos Alonso, me parece genial su compromiso social, Pérez Celis, como persona, como embajador de la pintura, Claudio Barragán, todos estos son padres, tíos artísticos...”
Cerraste el 2010 con una importante exposición en Zurbarán ¿Cuáles serían los proyectos para este año?
RC: “Hay muchos, por suerte, pero podría hablarte de Tailandia, Indonesia, Tokio por segunda vez, diferentes ferias de New York, Holanda, México, Perú, mucho más de lo que puedo producir... La prioridad la tiene Zurbarán, siento que mis cuadros están cómodos ahí... En el mercado del arte me va bien a pesar mío, porque suelo hacer tonterías, regalar obras, meterme en proyectos que no reditúan pero enriquecen...”
Una cosa son los proyectos y otra muy distinta son los deseos ¿Cuáles serían los tuyos para este 2011?
RC: “En lo personal, estoy viviendo un momento fantástico, poder seguir pintando en este ambiente me hace feliz, hago lo que me gusta y como me gusta... Y a la gente le deseo que le pase lo mismo, que pueda ponerse un sueño y que suceda, en cualquier rubro...”
Entrevistó: Carlos Romano
Fotos: Romano
No hay comentarios:
Publicar un comentario